Ejercicio de Escritura Guiada

Recuerda un momento: Piensa en una situación de tu infancia donde se transmitiera un mensaje negativo sobre el dinero o la abundancia. Describe el contexto: ¿Dónde estabas? ¿Qué escuchaste o viviste? ¿Quiénes estaban presentes? Detalla el ambiente y las circunstancias. Identifica la emoción: ¿Qué sentiste en ese momento? ¿Qué miedo, inseguridad o frustración surgieron? Permítete revivir esos sentimientos con honestidad. Utiliza esta guía para escribir sobre cada creencia, centrándote en la experiencia y en cómo se forjó esa idea en tu vida.

Historias de Origen de las Creencias

"El dinero es la raíz de todos los males"

Historia de Pedro: Pedro tenía apenas 8 años y vivía en una casa modesta donde los días transcurrían entre momentos de alegría y tensiones inesperadas. Una tarde, mientras jugaba en el pequeño salón, escuchó a sus padres discutir en voz alta. Su papá, con la voz cargada de frustración, exclamó: "¡El dinero es la causa de todos nuestros problemas!" La frase resonó en la mente de Pedro, que, sin comprender la complejidad de la situación, asimiló que el dinero era algo inherentemente negativo. En su mundo infantil, donde los conceptos aún se formaban a través de las palabras de los adultos, aquel dicho se grabó con fuerza, reforzado por el refrán popular que muchos decían: "El que tiene, tiene problemas; el que no, ni se entera."

Más Historias de Origen

"Si nací pobre, moriré pobre"

Historia de María: María creció en un barrio donde la escasez se notaba en cada rincón. Mientras jugaba en la calle con otros niños, solía escuchar a sus abuelos murmurar: "Si naciste pobre, siempre serás pobre." Esa frase, repetida casi como un destino ineludible, se convirtió en parte de la banda sonora de su niñez. Aunque en ese momento no entendía del todo su significado, el dicho popular "Pobre pero honrado" se repetía en cada conversación, haciendo que la idea de un futuro sin cambios pareciera natural y definitivo.

"Para ganar dinero hay que trabajar duro"

Historia de Andrés: Cada amanecer, Andrés, de 9 años, se despertaba con el sonido de la alarma y el ajetreo de sus padres saliendo a trabajar antes de que el sol despuntara. En la escuela, los maestros contaban historias de esfuerzo y sacrificio, y en casa se oía a menudo: "El que algo quiere, algo le cuesta." Andrés internalizó esa enseñanza con la convicción de que el único camino hacia el éxito pasaba por largas horas de trabajo incansable, sin espacio para la creatividad o el descanso. Esa frase popular se convirtió en la regla de su pequeño mundo, marcando su forma de ver la prosperidad

Creencias sobre Riqueza y Ética

"Los ricos son corruptos o hicieron trampa para tener dinero"

Historia de Lucía: Lucía, de 10 años, solía acompañar a su abuela en las tardes, cuando ésta se acomodaba en su sillón para contar historias del pasado. Entre anécdotas y recuerdos, su abuela siempre mencionaba: "Los que tienen plata, nunca la han conseguido de manera honesta; prefiero ser pobre pero honrado." Estas palabras, teñidas de nostalgia y una pizca de recelo, se impregnaron en el alma de Lucía. Sin cuestionarlas, adoptó la idea de que la única manera de tener dinero era a través de medios poco éticos, porque en su entorno era común escuchar que la riqueza se conseguía "haciendo trampas al destino."

"El dinero no compra la felicidad"

Historia de Sofía: A sus 7 años, Sofía se maravillaba con las vitrinas de las tiendas, donde los colores y los juguetes despertaban su imaginación. Sin embargo, en casa, cada vez que se hablaba de dinero, algún familiar le repetía con voz suave pero firme: "Recuerda, hija, el dinero no compra la felicidad." Esa frase se convirtió en un mantra. Entre dichos populares como "La plata no da calor en invierno" y "El que mucho abarca, poco disfruta", Sofía aprendió a creer que aunque el dinero podía comprar cosas bonitas, jamás podría llenar el vacío de una sonrisa verdadera.

Creencias sobre Relaciones y Dinero

"Si me hago rico, mi familia y amigos me verán diferente"

Historia de Carlos: Carlos, de 11 años, notaba en cada reunión familiar que quienes lograban mejores empleos o tenían más dinero eran tratados de forma distinta. En una de esas ocasiones, mientras corría en el patio, escuchó a un tío decir: "Si algún día tienes plata, la gente te cambiará; mejor es quedarse como estás." Esa advertencia se quedó con Carlos, reforzada por el dicho popular "Más vale pobre y honrado que rico y traidor", y lo llenó de un temor silencioso a perder el cariño y la cercanía de sus seres queridos si algún día prosperaba económicamente.

"Más dinero, más problemas"

Historia de Ana: Durante las visitas a casa de su tío, Ana, de 10 años, observaba cómo a pesar de que él ganaba más, siempre había una nube de estrés y discusiones en el ambiente. Con el tiempo, escuchó decir en voz baja entre familiares: "Con más plata vienen más enredos." Esa frase, tan común en su entorno, la convenció de que la prosperidad no era más que una fuente de complicaciones, haciendo que cada aumento en los ingresos pareciera inevitablemente un aumento en los problemas.

Creencias sobre Impuestos y Valor del Trabajo

"Si gano más dinero, tendré que pagar más impuestos y me quitarán todo"

Historia de Diego: Diego, de 8 años, vivió una experiencia que lo marcó profundamente. Un día, mientras ayudaba a su papá en la mesa a revisar cuentas, escuchó una conversación en la que se comentaba: "Si tienes más dinero, el gobierno se lo lleva en impuestos." Aunque Diego no comprendía todos los detalles, la frase quedó en su mente como una sentencia ineludible. Se sumó a ella el refrán popular que oía a menudo: "Más plata, más lío," haciendo que la idea de mejorar económicamente se viera siempre como una lucha contra el destino.

"No puedo cobrar mucho por mi trabajo, nadie pagará tanto"

Historia de Elena: Elena creció en un ambiente donde, a pesar de ver el esfuerzo de los adultos, los salarios nunca parecían reflejar el valor del trabajo realizado. En conversaciones informales se decía: "Aquí nadie paga bien, ni aunque te portes como rey." Esa frase la convenció de que su propio talento, por más que brillara, jamás podría ser reconocido con un pago justo. El eco de ese dicho popular la acompañó durante años, minando su confianza en el valor de su trabajo.

Creencias sobre Inversiones y Dinero Rápido

"Invertir es solo para los que ya tienen dinero"

Historia de Raúl: Raúl, desde pequeño, notó que las charlas sobre inversiones y negocios eran exclusivas de ciertos círculos. Mientras jugaba en la calle, escuchaba a los adultos decir: "Invertir es cosa de gente que ya tiene plata, para los demás no es asunto." Este mensaje, repetido en forma de dicho popular en su entorno, lo hizo sentir que el mundo de las inversiones era inalcanzable, reservándose solo para un grupo privilegiado, dejando en él la idea de que sus oportunidades estaban limitadas desde el inicio.

"Ganar dinero rápido es sospechoso o peligroso"

Historia de Marta: Marta, de 9 años, recordaba con inquietud las historias de "dinero fácil" que se contaban tanto en la escuela como en el hogar. Durante una clase, un profesor relató casos de estafas y fraudes, y en casa alguna tía advertía: "El que quiere dinero rápido, acaba metido en líos." Esa advertencia se quedó en Marta, reforzada por el dicho popular "Lo que brilla no es oro," y la hizo temer cualquier oportunidad que prometiera riquezas sin esfuerzo, creyendo que lo fácil siempre escondía un peligro.

Conclusión 

Abraza a tu niño interior, que te permite conocer este pasado para poder cambiarlo. Al explorar las historias personales de la infancia que dieron origen a tus creencias limitantes sobre dinero y abundancia, puedes empezar a desbloquear estos patrones. En las próximas semanas, trabajaremos juntos en reescribir estas creencias y transformar tu relación con el dinero y la riqueza. Permítete mirar con compasión a ese niño que necesitaba protegerse, y dale ahora el apoyo que merece.

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